Clasificando el amor

Por Vilma Pandelo Cruz

El amor es un conjunto de sentimientos, emociones, pasiones, humor y estado de ánimo que se distingue por la atracción u dependencia que se produce entre dos o más personas.
    El amor pasa por varias fases, siendo la inicial la del enamoramiento, a la que siguen otras etapas que se distinguen por la aparición de diversas emociones y sentimientos como son la confianza, la admiración, la armonía y el bienestar en la convivencia. Se considera que un amor se establece cuando se mantiene un equilibrio equitativo entre lo que se da y lo que se recibe.
    El segundo requisito es que el intercambio de conductos entre la pareja sea primordialmente positivo, y el tercero se adapte a sus gustos y necesidades personales.  Se han diferenciado seis tipos de amor: a) erótico: se basa principalmente en el componente erótico, sexual, y acostumbra a iniciarse de forma rápida, pero también se desvanece en la misma facilidad si no se acompaña de otros tipos de amor; b) de compañeros: lo desencadenan principalmente el afecto, la simpatía y la amistad; c) lúdico: se caracteriza por el juego y la búsqueda de estímulos; d) maniaco: equivalente al amor pasional, es un tipo de relación intensa y apremiante con absoluta exigencia de entrega mutua; e) pragmático: forma de amor controlada y práctica; y f) altruista: se distingue por la entrega, el sacrifico, la paciencia y la comprensión.
    Se considera que un amor es sólido  cuando combina los aspectos positivos de cada tipo de amor a través del tiempo.  Todos los conceptos anteriores se han referido al amor de pareja, siendo el de padre y el de hijos, entre humanos o el relacionado con la amistad, variantes de estas tipologías en las cuales el enamoramiento y el erotismo no acostumbran a tener cabida.
    Ya entrando en materia, o sea, analizando los tipos de amor, podemos ampliar claramente los mismos, para que las personas que se sientan identificadas puedan establecer en cuál de ello están encasillado.
    En el caso, del amor erótico, este concepto no puede asociarse con el amor, porque no es más que un deseo carnal que se alimenta de la imaginación o las fantasías que tenga el que está involucrado y por ende, se apaga mientras dura la ilusión, el encanto, la magia o el hechizo. Es tan fugaz como una estrella y casi no deja huellas.
    El de compañeros, que está formado por el afecto sincero, la simpatía y la amistad de las personas que se han unido por las cosas que tienen en común y que pueden compartir juntos.
    Este es duradero porque no compromete tanto los sentimientos, es espontáneo y es posible que se alimente de la autenticidad y sencillez de la pareja. El lúdico se basa en la consistencia con que buscan juegos sexuales con el fin de estimular a la pareja y que exista más emoción en las relaciones, no es amor propiamente dicho, sino se desprende del deseo carnal, pero con más conciencia y menos morbo.
    Cuando hablamos del maniaco entendemos que se desprende de un bloqueo mental por la necesidad de ser saciado y siempre se exige mucho al otro, pero en todo momento se busca el equilibrio en cuanto al placer que siente el uno cuando se preocupa por complacer al otro. Por otra parte está el pragmático, que no es más que un amor controlado, que ya ha rebasado las barreras de la madurez y por tanto se lleva de forma práctica y sin aspavientos, pues cada uno sabe lo que va a dar y lo que el otro espera de él.
    Y finalmente, el altruista, que quizás sea el que más se acerque a  lo que tenemos como concepto del amor, ya que este tipo se distingue por la entrega de uno hacia el otro, del sacrificio que constantemente se manifiesta entre ambos, la paciencia con que se espera la reciprocidad y la comprensión que surge por la seguridad de la madurez de las parejas y del mismo amor.
    Aún cuando estos conceptos cumplen con el fondo de lo que realmente significa, hay que reconocer que el amor es simplemente eso y que lo demás son sentimientos que experimentan las parejas cuando sienten alguna clase de atracción o simplemente por la química que exista entre los dos.