miércoles, 29 de febrero de 2012

El amor: más allá de la pasión


Por Vilma Pandelo Cruz
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Siempre le escribo al amor, pero al amor erótico, de pareja, que es el que florece más rápido, que es capaz de muchas cosas.

    A veces el poder del habla es mayor que el de algunos actos. Cuando nos prometemos amor, el mundo se detiene. El vínculo que se crea con la palabra es uno de los más fuertes.
    Único y potente, el amor atrae y vincula a los seres humanos con una fuerza a menudo irresistible y vertiginosa, que disipa las sombras de la soledad, los traslada a cimas insospechadas de felicidad y plenitud, los inunda de confianza y les hace sentir que su vida sí que tiene sentido.
    Ciertamente, a pesar de la apasionada verborrea de los enamorados, de la infinidad de poemas, obras literarias, piezas musicales y estudios científicos que se han escrito sobre el tema, y de la omnipresencia de este sentimiento en la vida y la comunicación cotidianas de las personas, el amor, el enamoramiento, es un sentimiento que cuesta expresar en palabras.
    Nadie mejor para expresarlo que los poetas, perpetuos enamorados de la palabra y la metáfora que son capaces, a veces, de plasmar esos estados de amor en unas frases que muestran esos estados de arrebatamiento y también de dolor.
    Si el enamoramiento es correspondido, llena la vida de color y le quita su pozo amargo, hace captar las cosas con más gusto, modifica la valoración de lo bueno y de lo malo, pinta una sonrisa en el rostro y la sonrisa del otro te hace sentir mariposas en el estómago.
    En el amor, la voz del enamorado es como una  caricia. Durante el enamoramiento la mirada del otro te envuelve, te embriaga y te da calor, te cubre y te arropa. Perderse en el olor del amado es confort. Trae ensoñaciones, evoca el movimiento de los pliegues de una falda, una corbata, una mano. Es como estar en casa, es un refugio, es calma.
    El amor es besar y que te besen. En el beso, hay un reconocimiento de pasión. Besar no es fácil. La boca es una parte íntima que debemos compartir con quien se ama.
    Además, de besos, la boca del ser amado nos regala palabras de amor. Su voz es una caricia. Cuando te llama, oír tu nombre en su boca es especial. 'Marisa' ya no es sólo Marisa. Ese imperceptible matiz te hace única, te individualiza, te llena de gozo el alma. Ese 'Cristóbal' es sólo de ella y él. Oímos tantas veces nuestro nombre que apenas recapacitamos en cómo suena, pero el amado lo hace tan dulce como la miel.
    Realmente, una de las características de la etapa inicial de toda relación son las largas conversaciones de los enamorados, que dejan de lado otras ocupaciones y aumentan sus facturas telefónicas.
    La denominada 'verborrea amorosa' es una expresión más del profundo estado de alteración de la mente y las emociones que produce el enamoramiento, comparado por algunos expertos con un la enajenación transitoria: un estado emocional tan intenso que la persona se siente presa de un torbellino incontrolable y de la irresistible atracción por el otro.
    Las palabras durante el enamoramiento, dichas desde el corazón y la emoción más que desde la razón y la reflexión, expresadas con pasión y dulzura por uno y escuchadas con avidez y deleite por el otro, adquieren un poder inusitado, porque son amplificadas por la exaltación de los sentidos y las percepciones, por la atención sostenida y, a menudo exclusiva, que se prestan mutuamente los enamorados.
    Las promesas de amor eterno, de estar juntos para siempre, de no dejar al otro por nada ni por nadie, expresadas en un tiempo tan especial como el San Valentín, adquieren durante la etapa del enamoramiento la categoría de mandamiento religioso, de compromiso sagrado, casi de un pacto de sangre.

(continúa)



sábado, 25 de febrero de 2012

El mundo de los títeres

Vilma Pandelo Cruz

La palabra títere se define como un muñeco que se mueve por medio de hilos o con las manos.  Sinónimo de marioneta. Persona que cambia con facilidad de opinión o que actúa influida por los demás. Espectáculo público hecho con muñecos, o ejecutado por acróbatas circenses.

Por lo que podemos ver los títeres son una especie de muñecos de tela con relleno, que son manejados por personas y hacen o se muevan conforme el manipulador quiera.

Se le conoce también como marioneta que no es más que un títere o figurilla que se mueve por medio de hilos u otro artificio.

Cuando se habla de un títere se está hablando de una marioneta, ya que son sinónimos y reflejan la acción conforme a la situación en la cual se quiere mostrar al público.

Lo de títere les queda bien a esos hombres que no tienen el macho bien definido y que piensan que sólo con tener relaciones sexuales con una mujer es suficiente para hacerse llamar hombres.

Yo, he sido criada en la misma cultura que todos, en la que el macho tiene mayor incidencia y donde el poder debe ser ejercido con firmeza, de parte de los hombres, pero lamentablemente hay hombres en nuestros medios que son mamitas y siendo hombres llevan faldas y las mujeres con el sexo femenino, son las que llevan los pantalones.

Cuando oigo hablar de esos hombres que se dejan macanear de mujeres, me doy cuenta que estamos perdiendo el respeto por la condición, ya que aunque la mujer sea una verduga y tenga un carácter fuerte, el hombre es quien tiene que mostrar la fortaleza y firmeza de espíritu, porque en una relación el hombre debe ser la cabeza y la mujer el cuello que mueve esa cabeza.

En un hogar cuando la madre es la que lleva la batuta y el papá cómodamente deja que esta sea la que resuelva todo, provoca que los hijos le pierdan el respeto y la esposa difícilmente lo respete, porque las féminas creemos que los varones deben ser la pieza fuerte para de esa forma sentir que ante cualquier circunstancia contamos con un hombre que nos va a apoyar y proteger.

Los títeres son hombres de poco carácter, inestables, sin voluntad, cómodos, dejados, que prefieren hacerse los idiotas para no tener que enfrentarse a ninguna situación engorrosa.  Son de reacción lenta, se enfadan de vez en cuando y fácilmente de dejan influenciar de sus esposas que disfrutan macaneando a un hombre y haciendo de él lo que les venga en gana. 

Lo convierten en esclavos, lo humillan, lo tienen a menos, le dan muy poca participación en sus actividades, casi siempre andan solas y actúan como si no tuvieran maridos.

Los títeres son hombres grandulones, fortachones y las manipuladoras de títeres son mujeres pequeñas, con un carácter endiablado, capaz de derribar un muro, de derrocar un gobierno, hundir un barco y tumbar un avión.

Y ellas no son las malas, los tremendos son los hombres que se dejan dominar por ellas y se someten a su voluntad, sin poner en claro la posición de cada quien, ya que todos tenemos un rol que cumplir.

Es posible que las feministas prefieran codearse con los títeres, porque se someten más fácil a sus exigencias, pero a las mujeres machistas como yo, preferimos a los hombres de carácter, de voluntad, de firmeza, porque así nos sentimos protegidas y además estamos convencidas que tenemos a nuestro lado un hombre que nos protege, nos representa y es capaz de todo por defendernos.

La mujer por naturaleza es frágil y un títere no es lo mejor que nos puede tocar, porque aparte de todo, estos títeres son irrespetados y creen que con su silencio o dejándose llevar lo resuelven todo, claro, una forma muy cómoda de vivir y de servir a Dios y al diablo, para quedar bien con todo el mundo.

De hecho los títeres también son hombres callados, solitarios, se rien poco y cuando se molestan hay que esconderse, porque suelen mostrar una reacción muy agresiva.  Es posible que los títeres lleven un volcán por dentro, pero lo mantienen apagado, para no buscar problemas, sólo se alborotan cuando le afecta su hábitat.

Cada mujer es como es, pero a mí, no me gustan los títeres, prefiero a los hombres verdaderamente machos, nada de debilidades, ni se silencios, todos en la posición que les corresponde y a realizar bien su papel…


martes, 14 de febrero de 2012

me declaro machista

Por Vilma Pandelo Cruz

Siempre me he considerado una machista en potencia, a pesar de que no siempre defiendo a los hombres, porque debo ser justa y ponerme del lado de la verdad.
Soy machista, porque fui criada en esa cultura, donde el hombre tiene la batuta, aunque no siempre tenga la razón. Pero siempre soñé, tener a mi lado un hombre que me dominara, pero permitiendo mi opinión, porque entiendo que las órdenes no se discuten se acatan, por convicción propia.
Me gusta ser machista, porque jamás defendería a una feminista, siempre y cuando lo que defienda sea lo correcto. Un hombre machista es seguro de sí mismo, es confiable, lucha por aquello que cree es lo correcto y hace valer sus principios, convicciones y sus valores.
Pero a pesar de que yo sea una machista consumada, jamás dejo de reconocer los defectos del machista, aun así, me gusta, y es algo que está por encima de mí.
No voy a emitir juicios sobre las feministas, pues a pesar de todo, son mujeres como yo, aunque no pensamos iguales.
            Estoy de acuerdo en que ambos tienen casi los mismos derechos, el hombre tiene la primacía en algunas cosas. Pero debe establecer su hombría en el hogar, porque la mujer de hoy cree tener todos los derechos, por el hecho de ganar más, pero el hombre es el hombre y tiene que haber una cabeza masculina en el hogar y la mujer debe ser el cuello que mueve la cabeza.
            Debe haber un hombre en la familia quien diga la última palabra y a quien los niños respeten y teman, que sepa responder a las expectativas del hogar y de la mujer. Repartirse los papeles y sobre todos cuando se unen en pareja y van a tener hijos deben acordar, que hará uno y que hará el otro con su papel.
            Mas que por la mujer, por los hijos, pues estos, deben reconocer una autoridad en la casa, para tratar de frenar algunas situaciones que se dan hoy día entre pubes y adolescentes y que solo un padre puede darle la solución, pues los varones andas desorientados y a veces hasta comenten los errores por falta de orientación.
            Aunque muchas mujeres de 30 años atrás les gusta estar protegida por un machista y que en su casa se nota que la dirige el, en cuanto a lo propio del hombre, no temerle sino simplemente llevarse de él y obedecerle en cuanto a los hijos.
            Pues la mujer de hoy, a veces toma sus propias decisiones sin consultar con el esposo, hacen cosas que debiera saberla él, por si pasa algo, después no tengan que afrontar sola las consecuencias.
Pienso que no existe un ser más sabio, aunque no tenga escuela, que la mujer; una mujer es capaz de todo y siempre vive inventando, como mentir ante una infidelidad, ante un chisme de ella para encubrirse, ante una mentira, una traición, en fin, ante todo, ella siempre tiene la mejor excusa para quedar bien. La gente dice que es el pájaro más malo que existe sobre la tierra, porque finge como nadie. La mujer siempre usa sus mejores argucias para competir y vencer.
No es que el machista, no entiendas opiniones de su esposa, es que las comparta, porque de seguro que va a dar su opinión y la mujer también y como dice el refrán: “Dos piensan más que uno”.
            Y no espero que aplaudan mi parecer, pero al menos conocen mi forma de ver las cosas y quizás algunas, piensen como yo. Porque no es por nada malo, pero siempre seré machista no machorra, pues en esa parte, me considero muy femenina…



           

martes, 7 de febrero de 2012

El silencio de los inocentes

A través de tiempo hemos visto como los inocentes les pasan cosas y por su edad es imposible que nos cuenten, pero muchas veces nos imaginamos las cosas, pues uno se convierte en investigador conforme el caso nos afecte directamente a nosotros, como es el caso de las violaciones a menores.
No es un ni dos que cada día son víctimas de un desalmado, abusador, sin concepto, enfermo, psicópata y cuantos calificativos conozca para determinar cómo llamarle a una persona, que abusa sexualmente de un menor, sin importarle nada, solo su satisfacción personal.
No puedo dejar de mencionar el caso de los hombres celosos, que cuando la mujer no los quieren, la matan, y de paro se llevan a los hijos y por último se suicida él, toda una familia muerta, por un inconsciente que piensa que si no es de él, no será de nadie y de paso tampoco los hijos los criara otro que no sea él y por supuesto la madre.
Pero vamos a detenernos en el caso de los inocentes cuando un mayor abusa de un menor, casi siempre es una persona conocida, podría ser un familiar, un vecino o un amigo que siempre va a la casa.
Pero realmente no entiendo cómo es que un ser humano puede hacer una cosa así, no entiendo como un hombre se pasa anos y después de un tiempo se vuelve violador o en su cabeza tiene la idea de violar a un inocente.
Tampoco entiendo como una madre deja a sus niños al cuidado de personas extrañas, siquiera por un momento y menos hombres, los pues estos  no son cuidadores y ni nada que se les parezca, no existe nada que lo justifique a dejarlo con alguien extraño, porque tampoco entiendo que les pasa por la cabeza del violador para cometer tal acción pues, es posible que anteriormente lo estuviera planeando, pero no debe ser ni planearlo ni hacerlo.
Dicen que el hombre, es él y su circunstancia, pero yo creo que solo a veces, porque no existe ninguna circunstancia posible, que motive a un hombre a cometer tal atrocidad.
Y refiriéndome a los hombres que por celos o porque la mujer lo dejo, mata a sus hijos, a su mujer y luego él se quita la vida.
Si usted tiene una mujer y no lo quiere más, que se vaya, porque cuando una mujer dejar a su esposo, es porque tiene otro en la mira y este le corresponde y los hijos no tienen nada que ver, es cosas de mayores y de parejas, pero el hombre los mata, no se justifica, pues no encuentro las razones de porque los mata y de paso mata a la mujer, porque quitarle la vida si esa vida le pertenece a cada cual y solo Dios tiene derecho a darla y a quitarla, nadie más y es pecado atentar contra la vida.
A todo esto yo me pregunto: ¿Que llevará a un ser humano a quitarse la vida o atentar contra los demás? ¿Será su ignorancia o simplemente algo lo mueve a hacerlo? ¿Por qué no puede un hombre aceptar que su mujer ya no lo quieres? ¿Y si es él, que ya no la quieres, que hace el hombre, se va de la casa o trata de arreglar las cosas?
Cuando es el hombre que deja de querer a su mujer, que hace este, pues se va detrás de la otra y se olvida de sus hijos y de su ex mujer, que lo ha acompañado tanto tiempo; porque cuando un hombre dejar de querer a su mujer es porque hay otra que lo espera y no siempre se enamora de otra porque ya su mujer no le importa, no, es que a veces esa nueva mujer lo embruja y la ex mujer fue cogida fuera de base.
La mujer piensa las cosas más fríamente, porque una mujer tiene por quien luchar, y no se puede dar el lujo de matar a ese hombre, porque dejaría sus hijos sin padre, porque ese hombre tiene que darle la manutención, porque tal vez con todo y todo ella lo sigue queriendo y tal vez cambie, por eso yo digo que padre puede ser cualquiera, pero la madre es una sola, porque muchas veces ella es capaz de cualquier sacrificio por sus hijos, independiente de su amor.
Recomiendo a los hombres que miren bien con quien se meten porque en estos tiempos ya los mujeres no aguantan mucho, ya ella no es como antes, que aprendía en el matrimonio, las de ahora lo saben todo y dejan lo que les conviene y lo que no lo desechan.



miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Como mantener la pasión en la pareja?


Por Vilma Pandelo Cruz

La mayoría de personas confunden la pasión con el ansia de desahogo sexual, pero la pasión y el deseo de satisfacción sexual se encuentran en distintas zonas del cerebro.
Al principio de una relación, sentimos una explosión de endorfinas (sustancias que produce el cerebro y crean sensaciones de bienestar), que nos hacen sentir una pasión sin límites y nos mantienen en un estado de euforia. Luego de ese período, llega otro más maduro, basado en la ternura y la complicidad.
A medida que la relación de pareja se alarga, la pasión comienza a cambiar, con el tiempo se va calmando y convirtiendo en un amor profundo. Se van disolviendo aquellas fuertes emociones, el éxtasis, el anhelo desmedido y el pensamiento obsesivo. Las parejas ya no pasan todo el tiempo mirándose y acariciándose, y la pasión se va transformando en sentimientos de seguridad y comodidad, en una sensación de calma, en una unión satisfactoria y feliz con la pareja, cuya vida está estrechamente entrelazada con la del otro.
Un erudito inglés, experto en relaciones de pareja, sostiene queen una relación de pareja deben existir tres componentes fundamentales: intimidad, pasión y compromiso”, pero también añade queen la realidad, estos tres elementos no se manifiestan de la misma manera, ni suelen coincidir entre ambos miembros de una pareja”.
Las relaciones perdurables muchas veces se sostienen a través de otros factores que no son la atracción sexual o el deseo, y es probable que la pasión, si existe, se relacione con otra cosa.

Recomendaciones para mantener y aumentar la pasión:

  • No piense, sólo sienta.
  • Deje volar su imaginación.
  • Concéntrese en la relación.
  • Converse con su pareja.
  • Explore y conozca su cuerpo.
  • Descubra nuevas zonas placenteras.
  • Experimente nuevas sensaciones.
  • Hágale saber a su pareja lo que le gusta y explórense mutuamente para conocerse.
  • Amplíe su repertorio erótico.
  • Aprenda a sensibilizar sus zonas genitales.
  • Viva el placer como vivencia global, integradora, no centrada en la genitalidad.
  • Disfrute el privilegio de la relación de pareja.
  • Piense en el coito, NO como una meta, sino como una posibilidad.
  • Disfrute su cuerpo, todo es zona erógena.
  • Sea responsable de su sexualidad.
La pareja debe aprender a negociar sexualmente, no es realista esperar que ambos obtengan exactamente lo que desean cada vez que hacen el amor. A veces el hombre desea una relación rápida que no es completamente satisfactoria para la mujer. En otras ocasiones, es ella la que desea una larga sesión de suaves caricias que podrían ser tediosas y frustrantes para él, si se convirtieran en rutina. Ambos deben aprender a decir no al otro y a pedir lo que desean, sin sentimientos de culpa ni actitudes defensivas.
Cada miembro debe aprender a comunicar sus necesidades sexuales a su pareja de una manera tranquila y abierta, sin exigencias, mecanismos de defensa, sentimientos de vergüenza, culpabilidad, ni temor al rechazo, y sin que ninguno de los dos deje de asumir el papel de proveedor de placer mutuo, viviendo sus propias sensaciones y experiencias sexuales.