martes, 11 de octubre de 2011

La magia del amor

Por Vilma Pandelo Cruz, el Martes, 11 de octubre de 2011, 23:13

La palabra magia dentro de una de sus acepciones significa encanto, efecto maravilloso, potencia de seducción.
    Cuando hablamos de magia nos referimos a la que resulta del amor entre las parejas, ya que cualquier sentimiento experimentado por el hombre no es mágico sino natural y normal.
    Si bien se dice que Cupido cuando flecha ciega, no es menos cierto que todo el que ama, aparte de cegarse, se embriaga, se idiotiza o se obnubila.  Jamás desea ver más allá de lo que los ojos limitados les permiten ver.
    El amor nos transforma, nos hace bondadosas, nos desarrolla un instinto maternal que nos motiva a querer proteger, mimar y acaparar al ser amado.
    Cuando nos flecha Eros vemos el plumaje de las aves con miles de colores.El canto de las aves nos perecen melodías hermosas. Podemos divisar una estrella, soñamos constantemente con el amor, con los momentos gratos.
    El que está enamorado puede escribir un poema, componer una canción y hacer miles cosas, porque se despiertan todas las sensaciones juntas y queremos volar y llegar hasta el infinito.
    Dibujamos corazones a nuestro paso, escribimos en los cuadernos ese nombre que tanto nos atrae o que nos mueve o nos sacude.  Andamos como zombies sin rumbos. Se abren todas las puertas, se entrega el alma y disfrutamos de fascinante sentimiento que nos llena de ilusión y nos invita a soñar constantemente, sin tiempo.
    El amor es más sublime, inspira cosas hermosas, te convierte en ser sensible capaz de perdonar, nada como el amor.
    Cuando amamos somos capaces de tantas cosas, que no imaginamos, que tal vez cuando pase el tiempo nos preguntamos, si fuimos nosotros lo que hicimos eso.
    Queremos el amor para nosotros, nos volvemos egoístas, y muchas veces ese amor nos hace daño, porque querer tanto perjudica, porque no nos deja ver más ellá de nuestros ojos.
    Pensamos que nuestro mundo gira solamente alrededor del ser amado y todo lo vemos bien.
    A pesar de que vivimos la magia de amor, debemos de tener cuidados de quien nos enamoramos, pues muchas veces esa magia se convierte en hiel, y la espantosa realidad que vivimos nos puede dañar el corazón y dejarnos tan mala experiencia que no nos queda mucho gusto de volver a poner nuestros ojos en alguien y es entonces cuando cerramos nuestro corazón al amor

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