sábado, 25 de febrero de 2012

El mundo de los títeres

Vilma Pandelo Cruz

La palabra títere se define como un muñeco que se mueve por medio de hilos o con las manos.  Sinónimo de marioneta. Persona que cambia con facilidad de opinión o que actúa influida por los demás. Espectáculo público hecho con muñecos, o ejecutado por acróbatas circenses.

Por lo que podemos ver los títeres son una especie de muñecos de tela con relleno, que son manejados por personas y hacen o se muevan conforme el manipulador quiera.

Se le conoce también como marioneta que no es más que un títere o figurilla que se mueve por medio de hilos u otro artificio.

Cuando se habla de un títere se está hablando de una marioneta, ya que son sinónimos y reflejan la acción conforme a la situación en la cual se quiere mostrar al público.

Lo de títere les queda bien a esos hombres que no tienen el macho bien definido y que piensan que sólo con tener relaciones sexuales con una mujer es suficiente para hacerse llamar hombres.

Yo, he sido criada en la misma cultura que todos, en la que el macho tiene mayor incidencia y donde el poder debe ser ejercido con firmeza, de parte de los hombres, pero lamentablemente hay hombres en nuestros medios que son mamitas y siendo hombres llevan faldas y las mujeres con el sexo femenino, son las que llevan los pantalones.

Cuando oigo hablar de esos hombres que se dejan macanear de mujeres, me doy cuenta que estamos perdiendo el respeto por la condición, ya que aunque la mujer sea una verduga y tenga un carácter fuerte, el hombre es quien tiene que mostrar la fortaleza y firmeza de espíritu, porque en una relación el hombre debe ser la cabeza y la mujer el cuello que mueve esa cabeza.

En un hogar cuando la madre es la que lleva la batuta y el papá cómodamente deja que esta sea la que resuelva todo, provoca que los hijos le pierdan el respeto y la esposa difícilmente lo respete, porque las féminas creemos que los varones deben ser la pieza fuerte para de esa forma sentir que ante cualquier circunstancia contamos con un hombre que nos va a apoyar y proteger.

Los títeres son hombres de poco carácter, inestables, sin voluntad, cómodos, dejados, que prefieren hacerse los idiotas para no tener que enfrentarse a ninguna situación engorrosa.  Son de reacción lenta, se enfadan de vez en cuando y fácilmente de dejan influenciar de sus esposas que disfrutan macaneando a un hombre y haciendo de él lo que les venga en gana. 

Lo convierten en esclavos, lo humillan, lo tienen a menos, le dan muy poca participación en sus actividades, casi siempre andan solas y actúan como si no tuvieran maridos.

Los títeres son hombres grandulones, fortachones y las manipuladoras de títeres son mujeres pequeñas, con un carácter endiablado, capaz de derribar un muro, de derrocar un gobierno, hundir un barco y tumbar un avión.

Y ellas no son las malas, los tremendos son los hombres que se dejan dominar por ellas y se someten a su voluntad, sin poner en claro la posición de cada quien, ya que todos tenemos un rol que cumplir.

Es posible que las feministas prefieran codearse con los títeres, porque se someten más fácil a sus exigencias, pero a las mujeres machistas como yo, preferimos a los hombres de carácter, de voluntad, de firmeza, porque así nos sentimos protegidas y además estamos convencidas que tenemos a nuestro lado un hombre que nos protege, nos representa y es capaz de todo por defendernos.

La mujer por naturaleza es frágil y un títere no es lo mejor que nos puede tocar, porque aparte de todo, estos títeres son irrespetados y creen que con su silencio o dejándose llevar lo resuelven todo, claro, una forma muy cómoda de vivir y de servir a Dios y al diablo, para quedar bien con todo el mundo.

De hecho los títeres también son hombres callados, solitarios, se rien poco y cuando se molestan hay que esconderse, porque suelen mostrar una reacción muy agresiva.  Es posible que los títeres lleven un volcán por dentro, pero lo mantienen apagado, para no buscar problemas, sólo se alborotan cuando le afecta su hábitat.

Cada mujer es como es, pero a mí, no me gustan los títeres, prefiero a los hombres verdaderamente machos, nada de debilidades, ni se silencios, todos en la posición que les corresponde y a realizar bien su papel…


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