martes, 13 de diciembre de 2011

Los colmadones: amos del barrio

Por Vilma Pandelo Cruz


No hay que vivir en un barrio para saber qué es un colmadón, que no es más que un bar disfrazado de colmado, para guardar las apariencias.
            El colmadón es muy popular y de eso se puede hablar mucho. Estos forman parte de nuestro folklor y no son más que una especie de colmados, pero la diferencia es que venden cervezas y otras bebidas dominicanas, tienen sus sillas afuera o se sientan en las mismas cajas de botellas, tienen sus bocinas con música y si no la tienen se asocian con uno de los borrachines del barrio que tiene uno de esos aparatos con 4 bocinas y al que le encanta la bulla y está dispuesto a compartirlo.
            Los colmadones tienen sus contras, ya que ahí se arman unos escándalos nocturnos que no dejan dormir a los vecinos y aparte de eso traen como consecuencia que la basura de los colmadones va a parar en los callejones de las casas de los lugareños, ya que mayormente las personas que acuden a esos lugares son de los alrededores del barrio y en los barrios muchas veces carecen de educación doméstica, que no se aprende en ningún otro sitio que no sea en el hogar.
            Puedo decir con certeza que el se pobre o de un barrio no es una razón para que las personas tengan deficiencia educativa.
            Las compañías licoreras le patrocinan disco-ligth u otros eventos y se lo montan frente del vecino. 
            Si resulta que en las casas hay matas que den sombra, los visitantes se instalan y dejan toda la basura y al otro día ve uno a los del lugar barriendo todo el reguero que dejaron.
            Ya en los colmadones tienen sus sillas y mesas plásticas que sacan cuando llegan los consumidores.  También venden picaderas. 
            Otra cosas que debemos observar y es que como allí no hay baño, siempre que el hombre quiera "desaguar", se mete en el callejón del vecino y hace su necesidad, o en el frente de una de las casas vecinas, dejando un mal olor.
            Muchas veces los vecinos cansados de la bulla, el desorden que dejan los visitantes le dan la queja al dueño del colmadón este se pone enemigo del vecino y hasta le dice al vecino que si le molesta que se mude.
            La mayoría de las veces lo que van al colmadón tienen carro, como los espacios se van llenando, parquean sus carros en el frente de cualquier casa, impidiendo muchas veces que los dueños puedan parquearse tranquilamente.  Además cuando uno quiere entrar a la casa no puede, porque le han bloqueado la entrada y nunca aparece el dueño del carro.
            Unos de los personajes que acuden a los colmadones, casi siempre los fines de semana son los jugadores de equipos de pelota o softbol que luego que terminan de jugar van a parar allá para comentar lo acontecido y forman un verdadero escándalo. 
            Los colmadones son visitados por todo tipo de persona, mayormente por hombres, que muchas veces los sábados o domingos recogen a su familia con todo y niños y se parquean en el colmadón para reunirse con los canchanchanes acostumbrados.  Muchas veces dejan a los niños dentro del carro y los pobres inocentes pasan las de Caín, otras veces se desmontan y comienzan a correr y a cualquier hora del día la bulla molesta.
            En ocasiones cuando es de noche y hay un grupo en el colmadón, que dura hasta las tantas, la calle se pone oscura y hay tipos que hasta tienen sexo en los carros o callejones.





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