viernes, 25 de mayo de 2012

Y nos miraba la lu

 
Estábamos en la arena
Como dos enamorados,
Yo, como bella sirena
Y él estaba enamorado.

Me tomaba de las manos
Como queriendo besarme
Y parecía insinuarme
Que estaba desesperado.

Y yo le decía, espera,
que lo nuestro hay que cuidarlo,
no vaya ser que otro hombre
quisiera desbaratarlo.

Después de tanto pensarlo,
Me dijo: eso es verdad
¿Acaso no es cierto entonces
que los besos más sabrosos
se dan en la oscuridad?

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