martes, 8 de noviembre de 2011

La química en el amor

Por Vilma Pandelo Cruz






Cuando me refiero a la palabra química no es precisamente lo referente a la materia o la ciencia sino a esa empatía que existe entre dos seres humanos de sexos opuestos.
    Pero aún así quiero señalar que la Química es la ciencia que estudia la naturaleza y las propiedades de los cuerpos simples, la acción molecular de los mismos unos sobre otros y las combinaciones debidas a dichas acciones, que si la asociamos a la del amor tienen elementos comunes.
    Pero la química biológica o bioquímica es la parte de la química que comprende el estudio de las reacciones que se producen en los tejidos orgánicos.
    La empatía y afinidad son sinónimos de la química.
    Pero en cuanto al amor se refiere, la química entre las dos personas surge cuando al mirarse por primera vez, sienten una especie de encantamiento y placer al compartir.
    Es una especie de embriaguez y magia que motiva a ambos seres a querer estar cerca el uno del otro y darse mutuamente.
    Cuando ambos conversan y desean compartir cosas, gustos, ideas, es posible que exista el asunto de la química.
    Pero cuando se unen en un intrépido y emotivo beso, es ahí cuando se determina si el placer es recíproco y entonces se da el caso de una verdadera química, ya que en el amor al darse mutuamente, debe sentirse un cosquilleo, un grado de excitación capaz de transportarlo al nirvana que no es más que el anonadación final del individuo en la esencia divina.  Es como si nos eleváramos al cielo, flotando y nos perdiéramos en el espacio.
    Cuando hay química entre dos personas se conjugan muchas cosas y puede resultar una hermosísima relación.
    Muchas personas desconocen que para una buena afinidad debe existir la misma tendencia hacia cosas que existen y que a ambos les gusta.
    La química surge de adentro, de las células, los tejidos, los órganos, los cuales obedecen a los estímulos sensoriales que experimentan los seres humanos cuando su cerebro envía un mensaje al corazón y en el cual se combinan todos los sentidos, para que se de el mismo sentir.
    Cuando existe química todo resulta diferente, todo combina, todo es igual y en las relaciones sexuales, las cosas funcionan con intensidad.
    Ese elemento o ingrediente que hace el amor grande y que sobresalga o se diferencie de cualquier sentimiento experimentado por los seres humanos, es lo que cambia todo el panorama amoroso.
    Sin salirme de la química y siguiendo con el tipo de sentimiento que une a la pareja, muchas veces la conjugo en sus tres estados: sólido cuando nace, pero jamás lo puedes unir con otro elemento porque nada sólido se une; líquido porque después de los recursos para mantener la solidez se mezcla el tu con el yo y se convierte en somos y siempre estarán unidos, pero el más indeseado es el gaseoso que se evapora porque las técnicas desaparecieron, el interés se aplacó y se pierde todo.
    Pero solo dos elementos la hacen crecer y mantenerse: la creatividad y la disposición.
    Les invito a que se registren y se hagan un examen o análisis introspectivo para buscar la falla del adormecimiento y aniquilamiento de las acciones que determinan la existencia de una buena química.

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